El trigo es el símbolo de la transformación, manifestada en aquella que sufre su semilla al convertirse en pan, alimento del hombre. Al igual que la humanidad al aprender a cultivarlo, se transformó de un grupo de recolectores, en sedentarios capaces de aprovechar y administrar los recursos de la naturaleza.​

Según la Biblia, Dios dijo al hombre con referencia al trigo y honrando al trabajo: 

"Con fatiga, sacarás del suelo el alimento

todos los días de tu vida".

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"Ganarás el pan con el sudor de tu frente".

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En el evangelio leemos que Jesús multiplica dos veces el pan, dando testimonio de que Él es el manantial del verdadero alimento.

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“Yo soy el Pan de vida, el que venga a mí, no tendrá hambre".

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El trigo es también símbolo de la generosidad y la abundancia. Dice el dicho, “no se puede sembrar a mano cerrada”. Éste proviene del antiguo gesto de "tirar" los granos de trigo para su siembra. Una parábola que enseña que para recibir, es necesario primero dar.